EFP se define como un proceso interactivo en el que un profesional de salud mental con licencia que trabaja con o como un profesional equino debidamente acreditado se asocia con equinos adecuados para abordar los objetivos de psicoterapia establecidos por el profesional de salud mental y el cliente.

El concepto de que los caballos pueden ser útiles o curativos para las personas que luchan con problemas de salud mental se basa en la idea de que los caballos (como animales de presa domesticados) son extremadamente sensibles a los cambios en los seres humanos (como criaturas depredadoras). Debido a su sensibilidad, los caballos reaccionan y responden a las personas de manera diferente según el estado emocional de cada persona. Como sabemos que los estados emocionales en los seres humanos también afectan nuestra fisiología, tiene sentido que los caballos puedan oler o sentir (usando su órgano vomeronasal) esos cambios. El caballo actúa como una gran máquina de biorretroalimentación, proporcionando al cliente y al terapeuta información sobre los estados de ánimo del cliente y los cambios en esos estados de ánimo. Si un cliente llega ansioso, el caballo actuará y responderá de una manera. Si el cliente consigue reducir su ansiedad, el comportamiento del caballo también cambiará. Esto proporciona una gran cantidad de información y oportunidades de desarrollo de habilidades tanto para el cliente como para el terapeuta.